domingo, 19 de mayo de 2013

La realización personal, la base del verdadero placer.

Existen diversas situaciones que nos provocan momentos de felicidad, así como, a mi criterio, también existen varios tipos de felicidad, unas veces mas intensas que otras.

La felicidad se puede describir como un estado mental en el que se rebosa positivismo y experimentamos sensaciones de satisfacción y alegría al mismo tiempo. Es una sensación bastante difícil de describir ya que es muy compleja y cada individuo la experimenta de manera distinta y por diferentes causas.

Una de las causas que nos van a provocar esta sensación de felicidad de la manera mas intensa es la de cumplir los objetivos que nos proponemos, ya sean de mayor o menor dificultad. Estos objetivos ya entrarían dentro de la personalidad de cada uno, ya que cada persona es un mundo, y a cada uno de nosotros nos interesan cosas distintas.

También nos provoca esta sensación de felicidad la satisfacción de necesidades fisiológicas, pero este "tipo" de felicidad no es tan intensa como la anterior.

Pues bien, este primer tipo de felicidad está intimamente relacinada con el placer. Placer y felicidad van de la mano, y como la felicidad, el placer también se puede experimentar de manera mas o menos intensa.

La manera de experimentar el placer de manera mas intensa y prolongada en el tiempo reside en la realización personal, en conseguir los objetivos y metas personales que uno mismo se propone, ya pueda ser    
aprobar una asignatura, ganar una competición deportiva, o simplemente pasarse un videojuego, eso ya es independiente de cada persona.

Este placer que provoca la realización personal es aún mayor cuanto mayor haya sido la espera y el sacrificio para llegar a este objetivo. Un ejemplo
de ello son los deportistas profesionales, en los
que se ve reflejado este placer y felicidad cuando
logran sus objetivos, que tanto tiempo llevan persiguiendo y en los que depositan toda su ilusión.

Este es el tipo de placer que debemos buscar todos, ya que es el mas puro, el mas intenso, y esto lo provoca la realización personal, la consecución de nuestros objetivos, por lo que debemos animarnos siempre a marcarnos metas e ir con todas nuestras energias a por ellas.

sábado, 2 de marzo de 2013

101 Experiencias de filosofía cotifiana, capítulo 32: ¨Resistir el cansancio¨

En este artículo sobre un capítulo del libro ¨101 experiencias de filosofía cotidiana¨ trataremos de reflexionar un poco sobre el cansancio, algo que experimentamos todos prácticamente a diario y también sobre cual es nuestra sensación a resistir el cansancio. Con este artículo se demuestra también, que en el mundo de la filosofía no es necesario elegir un tema muy complejo y que requiera grandes conocimientos para poder hacer una reflexión filosófica.

Sería difícil tan solo imaginar una vida en la que no existiera el cansancio, los espuerzos, la fatiga, y en la que vivieramos en un reposo continuo y absoluto. Definiremos cansancio como la falta de fuerzas después de realizar un esfuerzo físico, intelectual o emocional o por la falta de descanso. En este breve artículo, siempre que hablemos de cansancio nos referiremos al concepto de cansancio que hemos definido con anterioridad, ya que existen ciertas enfermedades (más o menos corrientes) que producen de por sí cansancio en las personas que la sufren si necesidad de realizar un determinado esfuerzo.

El cansancio, bajo mi punto de vista, puede ser visto de, al menos, dos posturas diferentes: una en la que la persona que ¨sufre¨ (en este caso) el cansancio lo ve como un motivo de depresión, y otra en la que la persona que lo experimenta, se siente ciertamente reconfortado al ver finalizado el esfuerzo realizado y el resultado de tal esfuerzo.

En mi opinión, estas personas que no ¨soportan¨, por asi decirlo, mínimamente el cansancio, son personas que siempre van a poner pegas a la hora de hacer cualquier cosa y de realizar cualquier actividad, porque aunque cada vez, con las nuevas tecnologías que están progresando a un ritmo muy alto, tengamos que realizar menos esfuerzos físicos (que no mentales), tenemos que hacer algún tipo de esfuerzo diariamente.

Por el contrario, aquella persona que tenga una mentalidad en la que se vea el cansancio como una vía, o un proceso por llamarlo de alguna manera, para conseguir un objetivo (por pequeño que sea) y tenga asumido que es inevitable, simplemente se acostumbrará a ese cansancio y no pondrá tantas pegas a la hora de hacer cosas, y por lo tanto será algo más feliz.

Estas diferentes concepciones de cansancio dependen de la personalidad y de la educación que ha recibido cada persona.

En mi experiencia de resistir el cansancio, elegí el cansancio físico, yendo a correr una tarde hasta que el cuerpo aguantara. Para resistir este tipo de cansancio físico resulta esencial estar bien mentalizado, ya que si te rindes y paras cuando te sientes un poco cansado e incómodo, no se le podría llamar resistir. Cuando llegas a este punto en el que ya te sientes algo cansado e incómodo, ya es cuando estás empezando a resistir de verdad, y es esta la parte más dura del experimento. En ese momento, el tiempo sientes que pasa más lento y lo que deseas realmente es parar a descansar.

Una vez has acabado, te sientas a descansar, y cuando recuperas fuerzas la verdad es que la sensación no es del todo negativa. Dejando aparte el desgaste físico y la fatiga, este esfuerzo me provocó una gran subida de autoestima, ya que había tenido la fuerza de voluntad de no parar y seguir resistiendo, y te demuestras a ti mismo que eres capaz de hacer cosas de las que tu no eres completamente consciente.

Está ya en la mentalidad de cada uno el hacer frente al cansancio desde una postura u otra.





lunes, 18 de febrero de 2013

B de Bernard y su máquina de intercambiar cuerpos.

En este capítulo del libro El escarabajo de wittgenstein y otros 25 experimentos mentales más, se redacta la anécdota sucedida a un profesor de universidad, el doctor Gibb.

Este viejo, aburrido y feo profesor, un buen dia descubre en la universidad una máquina de intercambiar cuerpos que estará dispuesto a probar con unos de sus alumnos, Steve un joven estudiante, guapo, pero no demasiado brillante en cuanto a sus estudios.

Mientras que Steve, inocente, piensa que va a recibir ciertas cualidades mentales de su profesor, Gibb tiene otro proyecto entre manos; pretende tomar el control por completo del cuerpo de su alumno, reprogramando con todos sus atributos mentales y reservando todos sus recuerdos y conocimientos, mientras que transfiere la mente de Steve a su viejo y feo cuerpo.

Pero esto no es todo, Gibb aún podia empeorar más las cosas, ya que debía pagar el coste de aquel experimento (varios millones) y tampoco él estaba dispuesto a pagarlo, ya que no disponía de los fondos suficientes y al no poder pagar se vería penado a cárcel.

¿A nombre de quién debería dejar la deuda a pagar por el experimento, al viejo Gibb, que por ese entonces tya tendría la mente de Steve, en lugar de hacerlo al nuevo Gibb, que ya estaría en el cuerpo de Steve...?

Esta anécdota nos da para pensar sobre el tema de dónde reside nuestra auténtica identidad. Fijándonos bien, podríamos pensar que la identidad a la que nos referimos reside en nuestras características mentales, en lugar de las físicas.

De momento, ésta es una teoría que encaja bastante si la aplicamos a este ejemplo de la máquina de intercambio de cuerpos.